SOBRE MI

Cocinar con lo que hay, conectando y recordando nuestras raíces para el cuidado de nuestra salud y la del planeta.
Que la creatividad y la intuición sean el camino para evitar a toda costa el desperdicio de alimentos.

Mi historia

Mi nombre es Camila Peñaloza @antojista y soy cocinera de profesión.
Luego de trabajar por 10 años en el desarrollo de recetas y contenido gastronómico para diferentes proyectos editoriales, medios y empresas decidí hacer un cambio en mi vida!
El año 2018 tomé la decisión de comenzar con una nueva etapa, crear mi propio emprendimiento de alimentación sustentable y consciente enfocada específicamente al aprovechamiento y al cero desperdicio de alimentos por medio de la creatividad.
Observar mi propia experiencia y manejo de alimentos en mi casa me hizo mirar la cocina de otra manera.
Desde que tengo conciencia que he disfrutado de comer bien, y con comer bien me refiero a comer bien preparado, bien pensado, bien aprovechado y sobre todo bien rico. Nunca estuvo en mi registro asociar comer bien a lujos o alimentos exclusivos, pero sí con el rescate de lo más esencial, pasando por el sabor y la textura hasta una receta antigua traspasada de generación en generación.
Mezclar esa herencia con el hecho de vivir sola desde muy joven y tener que arreglármelas con lo que había para comer sano y variado, tuvo todo que ver con el inicio de éste proceso nuevo en mi vida.

Mi objetivo es mostrarles que sí se puede lograr un equilibrio entre comer saludable, variado y rico con una responsabilidad y conciencia ambiental absolutamente urgente y necesaria en este momento. Conciencia que para mí pensar debemos encargarnos de transmitir de una generación a otra como el más potente de los tesoros.
Para eso primero tenemos que entender y preguntarnos:
¿Porqué es tan importante y urgente hacer un cambio?
¿Qué puedo hacer desde mi propio hacer?
¿Cómo puedo aportar desde lo manejable y alcanzable a un nivel cotidiano, desde mí realidad?
Y siempre recordemos que antes de la gestión de nuestros residuos y antes del reciclaje están nuestras decisiones.

Lo Que Me Mueve: Hacerme Cargo y Ser Consciente

Reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos es una de las metas más importantes de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), así como un medio para alcanzar otros objetivos de los ODS, en particular aquellos relacionados con la seguridad alimentaria, la nutrición y la sostenibilidad medioambiental.
Según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) la pérdida y el desperdicio de alimentos hacen referencia a su merma en las etapas sucesivas de la cadena de suministro de alimentos destinados al consumo humano.
Los alimentos se pierden o desperdician en toda la cadena de suministro, desde la producción inicial hasta el consumo final de los hogares.
La disminución puede ser accidental o intencional, pero en última instancia conduce a una menor disponibilidad de alimentos para todos. Cuando los alimentos se pierden o estropean antes de llegar a su fase de producto final o a la venta minorista, hablamos de pérdida de alimentos.
Esto puede deberse a problemas en la recolección, almacenamiento, embalaje, transporte, infraestructura o a los mecanismos de mercado, o de los precios, así como a los marcos institucionales y legales.
Según José Esquinas, científico que ha dedicado 30 años de su vida a trabajar en la Fao “Producimos un 60% más de los alimentos que necesitamos, pero cada día 40.000 personas mueren de hambre; no es una cuestión de cantidad sino de distribución.
Nuestro sistema actual no es eficiente, ni justo, ni sostenible”.

Se desperdician 1.300 millones de toneladas de comida al año, sin importar el impacto ambiental, económico y social. Se trata de un problema ético, de formación y de patrones de consumo.
En Chile según cifras de estudios realizados por la Universidad de Santiago (Usach) botamos 3.700 millones de kilos de comida cada año a la basura, equivalente a 4 canchas de completamente llenas de comida.

Si a eso le sumamos que una tonelada de metano producida a causa de la descomposición de la materia orgánica que procede de vertederos, ganado bovino y el sector ganadero en general, podría en un plazo de 100 años, calentar la tierra 23 veces más que una de dióxido de carbono, entonces estamos frente a un problema grave.
Por todo lo anterior podríamos decir con seguridad que tenemos que hacer un cambio en la forma en que nos relacionamos y nos hacemos cargo de nuestros alimentos en nuestras vidas y ese cambio DEBE SER AHORA.

Desperdiciar alimentos “significa desperdiciar recursos naturales escasos, incrementar los efectos del cambio climático y perder la oportunidad de alimentar a una población creciente en el futuro” Director general de la FAO, Qu Dongyu.

Fuente: FAO.