Por Camila Silva
#nomedalomismo
Activista socioambiental y creadora de Nomedalomismo
Fotografías por @andrewbrndwn
Es cierto que cada quien libra sus propias batallas, que no podemos hacernos cargo de todo de forma individual y que la búsqueda de un mejor vivir no es una carrera de quien lo hace mejor.
Atravesamos tiempos en que pareciera ser que todo lo hemos venido haciendo mal, que hay mucho que desaprender para volver a aprender, deconstruirnos. Esto es aplicable a casi todas las aristas imaginables y es que actualmente vivimos en un mundo en crisis. Crisis políticas, crisis económicas, crisis sociales, crisis humanitarias y la más importante, una crisis ambiental que, aunque colectivamente nos cueste entenderlo, es la raíz de todas las demás crisis que atravesamos. A fin de cuentas, todo lo que puede ocurrir en este planeta, depende de la capacidad que éste tenga para permitirnos la subsistencia.
Es loco pensar lo mucho que nos cuesta entender eso.
Nos tocó (co)existir en un periodo de profundo despertar en muchos aspectos (era de Acuario le dicen algunes) y esto no quiere decir que detectamos los problemas y ahora todo será diferente, no. Quiere decir que comenzamos a ser conscientes del desastre interseccional en el que se ha forjado la vida humana, comenzamos a vivir las consecuencias de una seguidilla de malas decisiones a lo largo de la historia y hoy nos toca hacernos cargo de revertir esa realidad.
Pero ocurre algo que sonará muy evidente, casi absurdo, no sabemos hacerlo. Estamos acostumbrades a que las cosas funcionen mal, somos animales increíblemente resilientes y nos adaptamos a todo, normalizamos el caos y lo hacemos parte de nuestras vidas.
Es por eso que, por ejemplo, te podrá resutar tan incomodo leer estas lineas en un lenguaje no binario. Porque durante todas nuestras vidas nos acostumbramos a que las cosas eran femeninas o masculinas (mayoritariamente masculinas de hecho) y ahora el amigue te resulta incomprensible e innecesario (aunque en tu subconsciente sepas que es lo correcto), incómodo por sobre todo, lo que da luces de que funciona, te saca de tu zona de confort.
Para ilustrar mejor mi punto, llevemos esa misma reacción a otros campos y veamos que sucede:
Toda tu vida comiste carne, era parte fundamental de tu dieta, y hoy hay quienes que, con argumentos basados en hechos comprobados por la ciencia, te dicen que la producción industrial de carne, de la cual te alimentas, produce daños críticos al medio ambiente, reproduce y mantiene a los animales en condiciones éticamente inaceptables hasta su muerte e incluso pone en riesgo tu salud. Pero tú insistes en que es parte de la cadena alimenticia, como la de los leones (animales carnívoros) que cazan y se comen a otros animales para subsistir.
Te enseñaron que la basura se botaba al basurero y que cada tantos días había que dejarla afuera para que pasara el camión de la basura y se la llevara, quién sabe adónde, porque nunca te importó. Hoy hay quienes te explican que la basura genera un problema ambiental y social de magnitudes, que al terminar en un vertedero, toda mezclada, contamina la atmósfera con la generación de GEI producto de la descomposición anaeróbica (sin oxígeno) y también las napas subterráneas de agua con lixiviados contaminados con microplásticos, pero que hay solución! Te explican que puedes separar tus RESIDUOS y clasificarlos para su posterior gestión, en orgánicos e inorgánicos, los cuales se pueden reincorporar a la tierra o transformar en nuevos productos, según corresponda. Pero tú insistes en que no tienes espacio ni tiempo y contraargumentas con que todo es puro negocio, porque así las empresas se ahorran plata en materia prima y a ti no te pagan nada por eso.
Miles de mujeres marchamos cada año, en Chile y el mundo, exigiendo igualdad de derechos y de oportunidades, exigiendo protección real contra la violencia de género y gritando con todo el pulmón que dejen de matarnos, en una sociedad donde los hombres ganan en promedio un 30% más que las mujeres por la misma función, donde las mujeres tienen una representación promedio del 20% en cargos públicos, donde solo el 2020 se cometieron 46 femisidios y donde el 46% de las mujeres declara haber sido víctima de violencia sexual alguna vez en su vida. Pero sin embargo aún hay quienes ponen en duda si andaba sola o la ropa que usaba o que declaran no sentirse representades por el feminismo: “Ni machismo, ni feminismo” o peor, que te responden a los hombres también nos matan.
Nos enfrentamos a esta clase de debates y de negacionismo en tantos aspectos de la vida diaria que es difícil enumerarlos todos.
Seguramente tú, que estás leyendo esto en este momento, no te sientas representade por ni uno de los ejemplos expuestos, por que si estás aquí, es porque ya estás sensibilizade con estos temas, pero hay algo que de seguro si experimentas o has experimentado: El no interrelacionar todas las distintas problemáticas a las que nos podemos enfrentar.
Y aquí vuelvo al comienzo. Es verdad que cada quien libra sus propias batallas, que no podemos hacernos cargo de todo de forma individual y que la búsqueda de un mejor vivir no es una carrera de quien lo hace mejor, pero es necesario y urgente no quedarnos solo en aquellas batallas en las que nos sintamos más a gusto, por que eso también es comodidad, también es normalizar, también es negacionismo.
Esto es algo que se ve muy a menudo, por ejemplo, en la comunidad vegana.
Se habla de ser vegane por los animales, de no consumir productos de origen animal ni que provengan de la explotación de sus cuerpos, pero basan sus decisiones de consumo en productos hiperprocesados, importados, sintéticos y/o sobre empacados. Industrias todas que generan enorme impacto ambiental y que repercute directamente en todas las formas de vida con las que cohabitamos este planeta. Es verdad que muchas veces esas decisiones se basan en el desconocimiento, pero cuando tratas de explicar el punto entonces aparecen respuestas como: soy vegane por los animales, no ambientalista; soy vegane, no basura cero; mi tema son los animales no el medio ambiente (todas estas respuestas me las han dado alguna vez)
O podemos encontrarlo en personas involucradas en serio con el tema del reciclaje, pero que no están dispuestas a cambiar sus hábitos de consumo, porque se quedan en la comodidad de lo que ya hacen.
O en mujeres muy involucradas con el feminismo, que al hablarles sobre veganismo y antiespecismo consideran que por ahí ya no es su tema.
Es complejo, es verdad. No podemos hacerlas todas, pero debemos intentarlo. Así como no tener todo el conocimiento sobre las causas a las que adhieres, no te hace mejor ni peor adepte, ir sumándolo tampoco te posiciona es una nueva escala. Simplemente nos hace crecer como seres humanes, entender que en este universo TODO está conectado y es imperante que vayamos siendo conscientes de esas conexiones para cohabitar.
Somos la única especie en este planeta con la capacidad de entender esa interrealción, pero también la única que no la respeta.
#Nomedalomismo